Velocidad y agilidad Los lagartos son generalmente muy rápidos y ágiles y pueden escapar rápidamente de los depredadores. Cuando sienten peligro, los lagartos a menudo se lanzan a un agujero o grieta o trepan a un árbol. Algunos lagartos, como el lagarto de cristal (Ophisaurus ventralis), pueden incluso dejar caer la cola si son atrapados por una serpiente. Esto les permite escapar mientras la serpiente se distrae con la cola que se retuerce.
Defensas químicas Algunos lagartos, como el monstruo de Gila (Heloderma sospechoso) y el lagarto de cuentas mexicano (Heloderma horridum), pueden secretar veneno si son mordidos por una serpiente. Este veneno puede ser fatal para las serpientes, especialmente si se inyecta en un área vulnerable, como los ojos o la nariz. Algunos lagartos, como la iguana de cola espinosa (Ctenosaura acanthura), tienen púas en la cola que pueden disuadir a las serpientes de atacarlos.
Comportamiento defensivo Si un lagarto es acorralado por una serpiente, puede mostrar un comportamiento defensivo para disuadir a la serpiente o parecer más grande o más peligroso. Esto podría implicar inflar su cuerpo, arquear su espalda, silbar o morder. Algunos lagartos, como el lagarto con volantes (Chlamydosaurus kingii), tienen un volante grande que pueden abrir para parecer más intimidantes. Otros, como el lagarto cornudo (Phrynosoma cornutum), tienen cuernos que pueden utilizar para protegerse de los depredadores. Con todos estos mecanismos, existe una mayor probabilidad de que los lagartos evadan a los depredadores como las serpientes venenosas y sobrevivan en la naturaleza.