Tasa de respuesta de aclimatación (ARR) media metaanalítica para los límites térmicos críticos superior e inferior, CTmax (k = 803) y CTmin (k = 571). Una ARR positiva indica una respuesta plástica adaptativa; la aclimatación al calor aumenta CTmax o la aclimatación al frío disminuye CTmin . Los intervalos de confianza del 95 % (IC del 95 %) se representan en líneas negras gruesas (y parcialmente ocultos por los puntos de datos medios, representados por un símbolo de diamante), los intervalos de predicción en líneas negras finas. El tamaño de cada punto de datos es proporcional a la precisión del estudio (1/SE (error estándar)). k = número de tamaños del efecto por grupo. El asterisco indica que los IC del 95 % no abarcan cero.
Los insectos tienen una capacidad débil para ajustar sus límites térmicos a altas temperaturas y, por lo tanto, son más susceptibles al calentamiento global de lo que se pensaba anteriormente.
A medida que las olas de calor más frecuentes e intensas exponen a los animales a temperaturas fuera de sus límites normales, un equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Bristol estudió más de 100 especies de insectos para comprender mejor cómo les afectarán estos cambios.
Los insectos, que son tan importantes como los polinizadores, las plagas de cultivos y los vectores de enfermedades, son particularmente vulnerables a las temperaturas extremas. Una forma en que los insectos pueden lidiar con tales extremos es a través de la aclimatación, donde la exposición térmica previa extiende sus límites térmicos críticos. La aclimatación puede desencadenar cambios fisiológicos, como la regulación positiva de las proteínas de choque térmico, y provocar cambios en la composición de fosfolípidos en la membrana celular.
El equipo descubrió que a los insectos les cuesta hacer esto de manera efectiva, lo que reveló que la aclimatación de los límites térmicos críticos superior e inferior era débil; por cada cambio de 1 °C en la exposición, los límites se ajustaron solo 0,092 °C y 0,147 °C respectivamente (es decir, solo un pequeña compensación de 10 o 15%).
Encontraron, sin embargo, que los insectos juveniles tienen una mayor capacidad de aclimatación, destacando que puede haber períodos críticos de la vida cuando se experimenta una ola de calor que puede mejorar la resiliencia posterior.
La autora principal, Hester Weaving, de la Facultad de Ciencias Biológicas de Bristol, dice que "a medida que las temperaturas extremas se vuelven más intensas y frecuentes en nuestro mundo cada vez más cálido, muchos insectos tendrán que depender de cambiar a nuevos rangos o cambiar su comportamiento para hacer frente, en lugar de ser capaces de fisiológicamente tolerar temperaturas más amplias".
"Nuestro estudio comparativo identificó algunas lagunas importantes en la comprensión de las respuestas de los insectos al cambio climático e instamos a que se realicen más estudios sobre las especies en grupos y lugares subrepresentados".
El equipo ahora está investigando cómo la reproducción de los insectos se ve afectada por la exposición a temperaturas extremas, ya que esto puede ser más importante para predecir futuras distribuciones que las medidas de rendimiento o supervivencia.
La investigación fue publicada en Nature Communications . Los insectos de clima templado son tan vulnerables al cambio climático como las especies tropicales