Una membrana rodea cada célula viva, manteniendo el interior de la célula separado y protegido del mundo exterior. Muchos factores afectan el comportamiento de esta membrana y la temperatura es una de las más importantes. La temperatura ayuda a determinar qué puede entrar o salir de la célula y qué tan bien funcionan las moléculas que se encuentran dentro de la membrana. Las temperaturas que son demasiado altas o demasiado bajas pueden dañar seriamente y, en los rangos extremos de temperatura, matar a la célula a través de su efecto sobre la membrana de la célula.
¿Qué hace que una membrana celular?
Una célula La membrana se llama bicapa porque está hecha de dos capas que se enfrentan entre sí y rodean la celda. Químicamente, cada capa está formada por moléculas grasas llamadas fosfolípidos. Cada molécula tiene un extremo que repele el agua, llamado cabeza, y otro extremo llamado cola que repele el agua. La naturaleza de los fosfolípidos en la membrana ayuda a mantenerlo fluido y semipermeable, de modo que algunas moléculas como oxígeno, dióxido de carbono e hidrocarburos pequeños pueden moverse a través de él y entrar en la célula, mientras que otras moléculas pueden ser dañinas o innecesarias para la célula se mantienen fuera.
Una membrana celular también contiene proteínas, ya sea en su superficie interna o externa, llamadas proteínas periféricas, o integradas en la membrana y llamadas proteínas integrales. Debido a que la membrana es fluida y no rígida, estas proteínas pueden moverse dentro de la membrana para satisfacer las necesidades de la célula y ayudar a mantenerla saludable. Además, a medida que las células crecen y se agrandan, la membrana también aumenta de tamaño y mantiene su fluidez para permitir que este crecimiento se desarrolle sin problemas.
La alta temperatura aumenta la fluidez
Las células funcionan mejor a temperatura fisiológica normal, que es 98.6 grados Fahrenheit en animales de sangre caliente como los humanos. Si la temperatura corporal aumenta, por ejemplo durante una fiebre alta, la membrana celular puede volverse más fluida. Esto sucede cuando las colas de ácidos grasos de los fosfolípidos se vuelven menos rígidas y permiten un mayor movimiento de proteínas y otras moléculas en y a través de la membrana. Esto puede cambiar la permeabilidad de la célula, posiblemente permitiendo la entrada de algunas moléculas potencialmente dañinas. Ambas proteínas integrales y periféricas en la membrana también pueden dañarse por las altas temperaturas y, si son extremadamente altas, el calor puede hacer que estas proteínas se descompongan o se desnaturalicen.
Baja temperatura endurece la membrana
Una disminución de la temperatura también puede tener un efecto negativo sobre las células y las membranas celulares. A baja temperatura, las colas de ácidos grasos de los fosfolípidos se mueven menos y se vuelven más rígidas. Esto disminuye la fluidez general de la membrana, también disminuye su permeabilidad y potencialmente limita la entrada de moléculas importantes como el oxígeno y la glucosa en la célula. La baja temperatura también puede ralentizar el crecimiento celular al evitar el aumento de tamaño de la célula. En situaciones extremas, como la exposición prolongada a temperaturas bajo cero, el líquido en la célula puede comenzar a congelarse, formando cristales que perforan la membrana y, en última instancia, pueden matar la célula.