La tortuga verde está incluida en la lista roja de especies en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Crédito:Lluís Cardona, UB-IRBio
La alimentación de los animales está alterando el comportamiento y los hábitos alimentarios de la tortuga verde en las Islas Canarias (España). Esta es la conclusión de un estudio publicado en la revista Ciencia del Medio Ambiente Total realizado por un equipo del Instituto de Investigación en Biodiversidad de la Universidad de Barcelona (IRBio).
El archipiélago de las Islas Canarias es el hábitat más septentrional de la tortuga verde (Chelonia mydas) en el Atlántico occidental. Esta tortuga marina, la especie más grande de la familia de los Cheloniidae y la única herbívora, está incluida en la lista roja de especies en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Viviendo en la hierba marina Cymodocea nodosa, aparece ocasionalmente en el Mediterráneo occidental, y tiene una población residente en la zona este, aislado de las poblaciones atlánticas.
Los animales salvajes atraen a los turistas, lo que genera importantes beneficios económicos. La práctica irresponsable de alimentar a los animales salvajes se está extendiendo por todo el mundo, y afecta a varias especies marinas, incluyendo el tiburón tigre de arena (Carcharias taurus) y el tiburón ballena (Rhincodon typus). Los autores de este nuevo estudio advierten que la alimentación es una nueva amenaza para la tortuga verde, una especie históricamente amenazada por la caza, y recientemente, por pesca accidental, tránsito marítimo y desechos marinos.
Alto consumo de grasas, contaminantes y cambios de comportamiento
"Ofrecer comida a las tortugas verdes para llamar su atención es una práctica que se está extendiendo en el Caribe y ahora es común en las Islas Canarias, "dice Lluís Cardona, profesor del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB y miembro del Grupo de Investigación de Grandes Vertebrados Marinos de la Universidad de Barcelona.
"La alimentación suplementaria tiene tres consecuencias, "continúa". Primero, ralentiza la adopción de una dieta herbívora, e incrementa los niveles de triglicéridos y otros marcadores sanguíneos relacionados con el alto consumo de proteínas y grasas. En segundo lugar, también aumenta los niveles de ciertos contaminantes orgánicos e inorgánicos. Y última, acostumbrarlos al contacto humano los hace más vulnerables a chocar contra botes y ser capturados por artes de pesca con anzuelos, ya que las tortugas son atraídas por el cebo ".
En el estudio, los expertos aplicaron un amplio protocolo experimental que incluye genética, bioquímico, análisis toxicológicos, así como análisis de isótopos estables, e identificación con foto y alcance satelital para monitorear la población de tortugas.