* La concentración es clave: La temperatura depende completamente de cuán efectivamente se concentra la luz solar y durante cuánto tiempo. Una lupa en un día soleado creará un lugar mucho más pequeño y más caliente que un espejo parabólico gigante que enfoca la luz solar durante horas.
* El material es importante: El material que se está calentando también influye en la temperatura. Una superficie oscura absorbe más calor que una superficie reflectante.
* la atmósfera de la Tierra: La atmósfera de la Tierra juega un papel importante en la cantidad de luz solar que llega a la superficie y cuánto calor se retiene.
Ejemplos:
* VIDRIA AMABLA: Una lupa puede quemar fácilmente papel o madera, alcanzando temperaturas de varios cientos de grados centígrados.
* hornos solares: Estos usan espejos para concentrar la luz solar en un solo punto, alcanzando temperaturas de miles de grados centígrados.
* superficie de la tierra: La superficie de la Tierra experimenta una amplia gama de temperaturas dependiendo de la latitud, la hora del día y la temporada. Si bien la energía del sol es la principal fuente de calor, la atmósfera, las nubes y las propiedades de la superficie de la Tierra juegan un papel.
En lugar de una temperatura específica, es más preciso decir que concentrar la luz solar aumenta su intensidad, lo que lleva a temperaturas más altas. La cantidad de ese aumento depende del método de concentración y las circunstancias.