He aquí por qué:
* Vastdad del espacio: El sistema solar exterior es increíblemente vasto. Detectar lunas pequeñas, especialmente aquellas de sus planetas anfitriones, es muy desafiante.
* potencia telescópica limitada: Incluso los telescopios más poderosos tienen limitaciones en su capacidad para resolver objetos a tales distancias.
* órbitas impredecibles: Algunas lunas tienen órbitas excéntricas o irregulares, lo que las hace difíciles de predecir y observar.
* Nuevos descubrimientos: Los astrónomos continúan descubriendo nuevas lunas, incluso alrededor de los planetas que hemos conocido durante siglos.
Por ejemplo, en los últimos años, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno han descubierto nuevas lunas. Esto indica que es probable que aún hay más lunas esperando para ser encontradas.