1. colapso gravitacional: La nebulosa era increíblemente vasta y contenía principalmente hidrógeno y helio. Durante millones de años, las pequeñas variaciones en la densidad hicieron que algunas regiones tuvieran un poco más de gravedad. Este ligero desequilibrio atrajo más material, lo que provocó que la región más densa creciera aún más grande y más masiva.
2. Rotación y calentamiento: A medida que se metió más material, la región comenzó a girar más rápido, similar a un patinador de hielo giratorio tirando de sus brazos. Esta rotación aplanó la nube en un disco. La presión gravitacional también apretó el material, haciendo que se calentara.
3. Fusión nuclear: Finalmente, el núcleo de la nube colapsante se volvió tan caliente y densa que la fusión nuclear comenzó a ocurrir. Este es el proceso donde los átomos de hidrógeno se fusionan para formar helio, liberando inmensas cantidades de energía. Esta producción de energía es lo que alimenta el sol y le da luz y calor.
4. Estrella estable: La presión externa de la fusión nuclear equilibra el tirón interno de la gravedad, creando una estrella estable. Este equilibrio es lo que permite que el sol queme constantemente durante miles de millones de años.
En resumen: El sol se formó a partir de una nube gigante de gas y polvo que se derrumbó bajo su propia gravedad, lo que llevó a la fusión nuclear en su núcleo. Este proceso continúa hasta nuestros días, proporcionando la energía que sostiene la vida en la Tierra.