1. Falta de atmósfera: La luna prácticamente no tiene atmósfera para dispersar la luz del sol. En la tierra, nuestra atmósfera dispersa la luz del sol en todas las direcciones, causando el cielo azul que vemos. Sin una atmósfera, no hay nada que disperse la luz del sol, dejando el cielo negro.
2. No Rayleigh Dispersing: La dispersión de Rayleigh es el fenómeno donde las longitudes de onda más cortas de la luz (como el azul) se dispersan con mayor fuerza que las longitudes de onda más largas (como el rojo). Por eso vemos un cielo azul en la tierra. En la luna, sin atmósfera, esta dispersión no sucede.
3. Ausencia de nubes y neblina: La atmósfera de la Tierra también contiene nubes y neblina, que reflejan y dispersan la luz del sol, contribuyendo al brillo del cielo. La luna no tiene nada de estos, contribuyendo aún más a la apariencia oscura.
4. Luz solar directa: Cuando estás en la luna, experimentas la luz solar directa, haciendo que las áreas iluminadas fueran extremadamente brillantes. Esto contrasta bruscamente con el cielo oscuro, haciendo que la oscuridad sea aún más evidente.
5. Visibilidad de las estrellas: Durante la noche lunar (cuando el sol no está iluminando directamente la luna), el cielo es increíblemente oscuro, lo que permite vistas espectaculares de las estrellas. Esto se debe a que no hay interferencia atmosférica para oscurecer la luz de las estrellas.
En resumen, la falta de una atmósfera en la luna evita la dispersión de la luz solar, lo que resulta en un cielo oscuro.