1. La muerte de una estrella masiva:
* Explosión de supernova: Las estrellas mucho más grandes que nuestro sol (al menos 8 veces más masivo) eventualmente se quedan sin combustible en su núcleo. Esto desencadena un colapso catastrófico, lo que lleva a una explosión masiva llamada supernova.
* colapso del núcleo: Durante la supernova, el núcleo de la estrella se derrumba bajo su propia gravedad. Esto crea una inmensa presión y calor, lo que hace que el núcleo se vuelva increíblemente denso.
2. El nacimiento de una estrella de neutrones:
* Formación de estrella de neutrones: El núcleo de la estrella colapsante se aprieta a un tamaño increíblemente pequeño, formando una estrella de neutrones. Estos son increíblemente densos, con una cucharadita de material de estrella de neutrones que pesa miles de millones de toneladas.
* Rotación rápida: Durante la supernova, el núcleo también comienza a girar rápidamente, a menudo a miles de rotaciones por segundo.
3. El "pulso" del pulsar:
* Campo magnético: Las estrellas de neutrones tienen campos magnéticos increíblemente fuertes, miles de millones de veces más fuertes que el campo magnético de la Tierra.
* vigas de radiación: Estos campos magnéticos canalizan partículas cargadas, creando poderosos rayos de radiación que se disparan de los polos de la estrella de neutrones.
* El "efecto del faro": A medida que la estrella de neutrones gira, estas vigas atraviesan el espacio como un haz de faro, lo que hace que parezcan pulsar. Por eso se llaman Pulsars.
4. Evolución del pulsar:
* Rotación de desaceleración: Con el tiempo, los púlsares ralentizan gradualmente su rotación debido a la pérdida de energía de los haces de radiación.
* convertirse en púlsars "muertos": Finalmente, la rotación ralentiza tanto que las vigas ya no barren el espacio, lo que los hace indetectables como púlsares. Luego pueden continuar como estrellas regulares de neutrones o evolucionar hacia otros objetos exóticos.
En resumen: Los púlsares se forman cuando las estrellas masivas mueren en una explosión de supernova, dejando atrás una estrella de neutrones increíblemente giratoria e increíblemente densa con un poderoso campo magnético que emite rayos de radiación, creando los pulsos característicos que observamos.