* Gravedad: Los asteroides son generalmente mucho más pequeños que los planetas. Su gravedad débil es insuficiente para mantener una atmósfera sustancial durante cualquier tiempo significativo. Cualquier gas presente escaparía rápidamente al espacio.
* Falta de calor interno: Los asteroides carecen de las fuentes de calor internas (como la descomposición radiactiva) que tienen los planetas. Este calor es crucial para generar un campo magnético, lo que ayuda a proteger una atmósfera del viento solar. Sin un campo magnético, el viento solar despojaría cualquier atmósfera que pueda tener un asteroide.
* Tamaño pequeño y área de superficie: El tamaño pequeño y la superficie relativamente grande de los asteroides significa que cualquier gas que puedan tener se dispersarían rápidamente en el espacio. Simplemente no hay suficiente masa para mantener una cantidad significativa de atmósfera.
* Composición: Los asteroides están compuestos principalmente de roca y metal, no materiales volátiles como hielo o gases que podrían formar una atmósfera. Mientras que algunos asteroides pueden tener bolsillos de hielo, estos sublimarían y escaparían al espacio bajo la influencia del sol.
Excepciones:
Si bien los asteroides no tienen atmósferas gruesas, algunos cuerpos helados más pequeños en el sistema solar externo, como los cometas, pueden desarrollar temporalmente una atmósfera delgada llamada coma cuando se acercan al sol. Esto sucede cuando el calor del sol hace que el hielo se sublime, creando una nube temporal de gas y polvo alrededor del cometa.
Sin embargo, incluso estos coma son muy delgados y de corta duración, y no se parecen a las atmósferas gruesas y permanentes que encontramos alrededor de los planetas.