* El truco de nuestro cerebro: Nuestros cerebros están conectados para percibir objetos que están más cerca del horizonte como más grandes, aunque no lo son. Esto se debe a que usamos objetos familiares en el suelo (árboles, edificios, etc.) como puntos de referencia, haciendo que la luna parezca más grande en comparación.
* Distorsión atmosférica: La atmósfera de la Tierra también puede doblar la luz, haciendo que la luna parezca un poco más grande y más distorsionada cuando está bajo en el cielo.
La realidad: El tamaño real de la luna no cambia, incluso cuando parece ser más grande. Se trata de cómo nuestros cerebros procesan la información visual.
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