* Formación: La densidad de un planeta está determinada principalmente por su composición y cómo se formó. Los planetas más cercanos al sol tienden a ser rocosos (como la Tierra, el Mercurio, Venus y Marte) porque el intenso calor y el viento solar empujaron elementos más ligeros como el hidrógeno y el helio. Los planetas más allá, como Júpiter y Saturno, están compuestos principalmente de gas, que es menos denso.
* Excepciones: Hay excepciones. Si bien los planetas internos son generalmente más densos que los gigantes del gas externo, hay algunas variaciones. Urano y Neptuno, por ejemplo, se consideran "gigantes de hielo" y tienen una mayor densidad que los gigantes de gas debido a su composición helada.
En resumen: Si bien la distancia de un planeta desde el sol juega un papel en su composición inicial, no determina su densidad. La densidad es, en última instancia, una función de lo que está hecho el planeta.