* Sin atmósfera: La luna no tiene una atmósfera de la que hablar, lo que significa que no hay clima, ni viento ni erosión para desgastar los cráteres. Permanecen en gran medida intactos desde su formación, preservando su forma durante miles de millones de años.
* No hay geología activa: A diferencia de la Tierra, la Luna tiene muy poca actividad geológica. No hay volcanes ni terremotos para remodelar la superficie. Esto significa que los cráteres son relativamente intactos, manteniendo sus características distintas visibles.
* Contrast: La superficie de la luna es principalmente un color oscuro y gris. Los cráteres, a menudo formados por impactos de materiales más brillantes, se destacan en un fuerte contraste, haciéndolos fácilmente visibles.
* Distancia: Si bien puede parecer que la luna está cerca, en realidad está bastante lejos. Esta distancia nos permite ver la luna en su conjunto, revelando los cráteres en su totalidad sin ninguna distorsión desde la perspectiva.
* luz solar: El sol ilumina la luna directamente, lanzando sombras largas que acentúan la profundidad de los cráteres y los hacen aún más prominentes.
Todos estos factores contribuyen a que el paisaje cráter de la luna sea tan claramente visible desde la Tierra.