He aquí por qué:
* Las estrellas más calientes emiten más luz azul: Las estrellas con temperaturas superficiales muy altas (alrededor de 25,000 ° C o más) emiten mucha luz azul, lo que las hace parecer azules.
* Las estrellas más frías emiten más luz roja: Las estrellas con temperaturas superficiales más bajas (alrededor de 3.000 ° C) emiten más luz roja, haciéndolas parecer rojizas.
* Temperaturas intermedias: Las estrellas con temperaturas entre estos extremos emiten una mezcla de colores, lo que lleva a apariencias como amarillo (nuestro sol), blanco o naranja.
Piense en ello como una estufa:
* Un quemador establecido a fuego alto brilla un azul brillante.
* Un quemador establecido a bajo fuego brilla un rojo opaco.
Entonces, la próxima vez que mires el cielo nocturno, ¡recuerda que el color de una estrella te dice algo sobre lo caliente que está!