* objetos de cinturón de kuiper (kbos): Estos cuerpos helados residen más allá de Neptuno, en una región que es relativamente prístina y fría. Se cree que muchos KBO son restos primordiales del sistema solar temprano, que albergan materiales que han cambiado muy poco desde la formación del sol.
* oort objetos de nube: Incluso más lejos que el cinturón Kuiper, se cree que la nube Oort contiene billones de objetos helados. Estos son los miembros más distantes y menos perturbados de nuestro sistema solar, lo que los convierte en excelentes candidatos para representar la composición original de la nebulosa solar.
* núcleos de cometa: Si bien no es técnicamente lo mismo que los objetos de la nube Oort, también se cree que los núcleos de cometa son bloques de construcción primordiales del sistema solar. A menudo contienen volátiles y materiales que han permanecido congelados y en gran medida inalterados desde las primeras etapas de la formación del sistema solar.
* Algunos asteroides: Si bien los asteroides en el cinturón de asteroides han estado sujetos a colisiones y otros procesos, algunos de los asteroides más externos, particularmente aquellos en los grupos de asteroides troyanos, pueden haber permanecido relativamente intactos.
Por qué estos objetos están relativamente sin cambios:
* Distancia del sol: El calor intenso y la radiación del sol tienen un menor impacto en los objetos lejanos, minimizando los efectos de la calefacción, la evaporación y la alteración química.
* baja gravedad: La influencia gravitacional más débil en el sistema solar externo significa menos colisiones y perturbaciones, lo que permite que estos objetos permanezcan en su estado original.
* Interacción mínima con los planetas: Estos objetos están lejos de la atracción gravitacional de planetas grandes, lo que significa que han experimentado menos encuentros gravitacionales que podrían interrumpir sus órbitas y composición.
Nota importante: Si bien se cree que estos objetos son relativamente no modificados, aún podrían haber sufrido algunos procesos internos o cambios menores durante miles de millones de años. Sin embargo, se consideran los mejores candidatos para comprender las primeras etapas de la formación del sistema solar.