Si bien el gran punto rojo de Júpiter tiene vientos superiores a 400 mph, se estima que los vientos de Neptuno alcanzan hasta 1.200 mph (casi el doble de la velocidad del sonido).
Los vientos extremos en Neptuno funcionan con su calor interno y su rápida rotación. Su atmósfera también es muy fría y contiene grandes cantidades de metano, lo que contribuye a la formación de tormentas poderosas.