1. Mayor radiación solar: Los planetas más cercanos al sol reciben una radiación solar significativamente más intensa, lo que aumenta la temperatura de la atmósfera del planeta.
2. Velocidad de escape: Cuanto mayor sea la temperatura de un gas, más rápido se mueven sus partículas. Si la velocidad de estas partículas excede la velocidad de escape del planeta, pueden escapar al espacio. Los gases más ligeros, como el hidrógeno y el helio, tienen pesos moleculares más bajos y se mueven más rápido a la misma temperatura. Esto significa que es más probable que alcancen la velocidad de escape.
3. Gravedad inferior: Los planetas más cercanos al sol tienden a ser más pequeños y tienen una gravedad más baja. Esto hace que sea más fácil para los gases más ligeros escapar porque no necesitan alcanzar una velocidad tan alta para superar la atracción gravitacional.
4. Viento solar: El sol emite una corriente constante de partículas cargadas llamadas viento solar. Este viento puede eliminar los gases atmosféricos, especialmente los más ligeros, de los planetas con campos magnéticos más débiles.
5. Condiciones del sistema solar temprano: El sistema solar temprano era un lugar muy caliente y caótico. El intenso calor y la radiación del Sol Young probablemente explotaron la mayoría de los gases más ligeros de los planetas internos.
En resumen: La combinación de alta radiación solar, menor gravedad y el viento solar crean un entorno donde los gases más ligeros tienen una mayor probabilidad de escapar de los planetas más cercanos al sol. Esta es la razón por la cual los planetas rocosos como la Tierra, Venus y Marte tienen mucho menos hidrógeno y helio en sus atmósferas en comparación con los gigantes de gas como Júpiter y Saturno.