Mercurio es en realidad
grisáceo en color. Es un planeta rocoso, y su superficie está cubierta de cráteres y llanuras. El color gris proviene de la roca y el polvo en su superficie, mientras que el tinte parduzco se puede atribuir a rastros de óxido de hierro (óxido).
Es posible que vea fotos de Mercury que muestran un tono más rojizo. Esto se debe a la forma en que el planeta refleja la luz solar, y los colores pueden parecer diferentes dependiendo del ángulo y las condiciones de iluminación.