Publicó su innovador trabajo, "de Revolutionibus Orbium coelestium" (sobre las revoluciones de las esferas celestiales) en 1543, poco antes de su muerte. Si bien él no fue el primero en sugerir la idea, su trabajo proporcionó el marco y el respaldo científico que finalmente condujo a la aceptación del modelo heliocéntrico.
Es importante tener en cuenta que individuos anteriores, como Aristarco de Samos En el siglo III a. C., había propuesto el modelo heliocéntrico. Sin embargo, sus ideas no fueron ampliamente aceptadas ni desarrolladas en una teoría completa.