1. Atmósfera densa:
* Venus tiene una atmósfera gruesa compuesta principalmente de dióxido de carbono (CO2), con nubes de ácido sulfúrico. Esta atmósfera densa atrapa el calor de manera mucho más efectiva que la de la Tierra.
2. Efecto invernadero:
* CO2 es un poderoso gas de efecto invernadero. Permite que la luz solar pase pero absorbe la radiación infrarroja (calor) saliente de la superficie del planeta. Este calor atrapado calienta el planeta.
3. Efecto de invernadero fugitivo:
* A medida que el planeta se calienta, más CO2 se evapora desde la superficie y hacia la atmósfera, mejorando aún más el efecto invernadero. Este circuito de retroalimentación positiva da como resultado un aumento continuo en la temperatura de la superficie, lo que lleva al efecto invernadero fugitivo.
4. Falta de agua:
* Venus carece de agua líquida en su superficie. El vapor de agua es un potente gas de efecto invernadero, y su ausencia amplifica aún más el efecto fugitivo.
5. Rotación lenta:
* Venus gira muy lentamente, con un día que dura unos 243 días de tierra. Esta rotación lenta evita que el calor se distribuya de manera efectiva a través del planeta.
6. Radiación solar:
* Aunque Venus está más lejos del sol que el mercurio, recibe una cantidad significativa de radiación solar debido a su atmósfera gruesa. Esta radiación contribuye a la alta temperatura de la superficie.
7. Actividad volcánica:
* Venus es volcánicamente activo, liberando más CO2 en la atmósfera, mejorando aún más el efecto invernadero.
En esencia, la combinación de una densa atmósfera de CO2, el efecto de invernadero fugitivo, la falta de agua y otros factores crean el calor extremo en la superficie de Venus.