He aquí por qué:
* agua oceánica tibia: Los huracanes y los ciclones necesitan agua oceánica cálida (al menos 80 ° F o 26.5 ° C) para formarse. Los trópicos tienen temperaturas oceánicas constantemente cálidas durante todo el año, proporcionando la energía necesaria para que se desarrollen estas tormentas.
* Bajo cizallamiento del viento: El cizallamiento del viento, el cambio en la velocidad y la dirección del viento con la altura, puede alterar el desarrollo de la tormenta. Los trópicos generalmente tienen baja cizalladura del viento, lo que permite que las tormentas se organicen e intensifiquen.
* Efecto Coriolis: El efecto Coriolis, causado por la rotación de la Tierra, desvía objetos en movimiento (como el aire en una tormenta) hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur. Este efecto ayuda a girar tormentas y a crear la rotación característica de huracanes y ciclones.
Si bien los trópicos son los principales zonas de reproducción para estas tormentas, a veces pueden formarse fuera de los trópicos, aunque esto es menos común.