Durante la fase de Luna Nueva, la Luna es realmente invisible a simple vista. Esto se debe a que la cara de la Luna que mira a la Tierra no está iluminada por el Sol. En cambio, la Luna está posicionada entre la Tierra y el Sol, lo que hace que su lado oscuro mire a la Tierra. Como resultado, la luz del sol no se refleja en la Luna, lo que la hace parecer completamente oscura o ausente en el cielo nocturno.