El origen de la palabra "nube" se remonta a la palabra inglesa antigua "clud", que significa "roca" o "piedra". La gente en la antigua Inglaterra pensaba que las nubes eran grandes masas rocosas en el cielo que causaban tormentas como truenos y lluvia. Sin embargo, el parecido de las nubes con las rocas podría ser la conexión en la elección de la palabra.
Con el tiempo, su significado cambió para referirse a las masas de vapor de agua, hielo y otras partículas suspendidas en la atmósfera terrestre. El término "nube" se utiliza a menudo más específicamente para referirse a una masa visible de pequeñas gotas de agua o cristales de hielo que aparecen en el cielo.