Satélites geosincrónicos:
- Estos satélites están colocados en una órbita geoestacionaria, aproximadamente a 35.786 kilómetros (22.236 millas) sobre la superficie de la Tierra.
- Parecen permanecer fijos en un punto específico del cielo, ya que coinciden con la velocidad de rotación de la Tierra.
- Los satélites geosincrónicos se mueven a una velocidad de aproximadamente 3 kilómetros por segundo (1,8 millas por segundo) con respecto a la superficie de la Tierra.
Satélites de órbita terrestre baja (LEO):
- Los satélites LEO orbitan la Tierra a altitudes que oscilan entre 160 y 2000 kilómetros (100 a 1200 millas).
- Se mueven a una velocidad mucho mayor en comparación con los satélites geoestacionarios.
- Los satélites LEO suelen viajar a velocidades de 7 a 8 kilómetros por segundo (4,3 a 5 millas por segundo) en relación con la superficie de la Tierra.
- Debido a su menor altitud y mayores velocidades orbitales, los satélites LEO completan múltiples órbitas alrededor de la Tierra cada día.
En general, los satélites no se mueven lo suficientemente rápido como para ser visibles a simple vista. Su movimiento a través del cielo es gradual y puede parecer que permanecen en la misma posición durante períodos prolongados. Sin embargo, los satélites se pueden rastrear mediante telescopios o equipos especializados que puedan capturar su movimiento.
Vale la pena señalar que, si bien puede que no parezca que los satélites se mueven rápidamente en el cielo, en realidad viajan a velocidades enormes en relación con su distancia a la Tierra. La velocidad de un satélite es crucial para mantener su órbita y cumplir su propósito previsto, como comunicaciones, monitoreo del clima, observación de la Tierra y más.