Cuanto más caliente es una estrella, más azul parece. Esto se debe a que cuanto más caliente es una estrella, más energía emite en forma de luz azul y ultravioleta. Por el contrario, las estrellas más frías parecen más rojas porque emiten más energía en forma de luz roja e infrarroja.
La temperatura de la superficie de una estrella está determinada por varios factores, incluida la masa y la edad de la estrella. Las estrellas más masivas son más calientes que las menos masivas, y las estrellas más jóvenes son más calientes que las más viejas.
El color de una estrella también puede verse afectado por la presencia de elementos distintos del hidrógeno y el helio en la atmósfera de la estrella. Por ejemplo, la presencia de hierro puede hacer que una estrella parezca más roja, mientras que la presencia de hidrógeno puede hacer que una estrella parezca más azul.
El color de una estrella se puede utilizar para determinar su temperatura y otras características, como su masa y edad.