El Sistema de Posicionamiento Global (GPS) se basa en relojes extremadamente precisos en sus satélites. A menudo se les llama relojes atómicos porque se basan en las vibraciones naturales de los átomos, que son increíblemente regulares y consistentes. Estos relojes atómicos de los satélites se basan en las vibraciones de determinados átomos, normalmente cesio o rubidio. Estas vibraciones se utilizan luego para generar una señal horaria estable y precisa.
Los relojes atómicos de rubidio y cesio son particularmente adecuados para su uso en satélites debido a su capacidad para mantener una sincronización extremadamente precisa durante períodos prolongados y en entornos hostiles. Pueden proporcionar niveles de estabilidad del orden de nanosegundos por día.
La estabilidad y precisión que ofrecen los relojes atómicos de los satélites son cruciales para el funcionamiento preciso de los sistemas GPS, ya que permiten una sincronización horaria precisa entre satélites y receptores.