En general, los planetas más cercanos al Sol experimentarán un mayor aumento en sus radios orbitales en comparación con los planetas más lejanos. Esto se debe a que la fuerza gravitacional entre dos objetos disminuye con el cuadrado de la distancia entre ellos. Así, un planeta que está dos veces más lejos del Sol experimentará sólo una cuarta parte de la fuerza gravitacional que un planeta que está a la mitad de distancia.
A medida que el Sol pierde masa, los planetas también experimentarán una disminución en sus velocidades orbitales. Esto se debe a que la fuerza gravitacional entre dos objetos también disminuye con la velocidad de los objetos. Entonces, a medida que los planetas se alejan del Sol, también se desacelerarán.
El efecto combinado de estos dos cambios será que los planetas adoptarán órbitas más grandes y más lentas alrededor del Sol. Este proceso continuará hasta que el Sol haya perdido tanta masa que ya no pueda mantener a los planetas en órbita. En ese momento, los planetas serán expulsados del sistema solar o caerán hacia el Sol.
Es importante señalar que el Sol no está perdiendo masa a un ritmo significativo. Se estima que el Sol perderá alrededor del 0,1% de su masa en los próximos 10 mil millones de años. Así, los cambios en las órbitas de los planetas serán muy graduales. Sin embargo, con el tiempo, estos cambios serán significativos.