La Vía Láctea no tiene volcanes, ya que los planetas y las lunas son los únicos objetos celestes que pueden sustentarlos. Los volcanes se forman mediante procesos geológicos que involucran el movimiento de placas tectónicas y la presencia de magma del interior del planeta. La Vía Láctea es una vasta colección de estrellas, planetas, gas, polvo y otros objetos estelares unidos por la gravedad, pero carece de las condiciones necesarias para la actividad volcánica.