Es imposible tener un día sin nubes en la Tierra porque las nubes son una parte natural de la atmósfera. Las nubes se forman cuando el vapor de agua del aire se condensa en pequeñas gotas de agua o cristales de hielo. Estas gotas y cristales luego chocan y se pegan para formar nubes más grandes. La cantidad y el tipo de nubosidad que se produce en un día determinado depende de una variedad de factores, incluida la temperatura y la humedad del aire, la cantidad de radiación solar y la presencia de contaminación del aire.