Los colores observados durante el parpadeo no se limitan al rojo, el azul y el verde, sino que pueden abarcar un espectro de tonalidades que incluyen el amarillo, el naranja e incluso el morado. Los colores exactos dependen de varios factores, como el brillo de la estrella, su posición en el cielo y la ubicación del observador y las condiciones atmosféricas.
El efecto de centelleo es más pronunciado en las estrellas que están cerca del horizonte porque su luz tiene que atravesar una mayor cantidad de atmósfera. Las estrellas que están más arriba en el cielo parecen más estables ya que la trayectoria de la luz se ve menos afectada por la turbulencia atmosférica.
Vale la pena señalar que el color real de una estrella está determinado por la temperatura de su superficie y no por el efecto de centelleo. Por ejemplo, las estrellas rojas son relativamente más frías, mientras que las azules son más calientes. Estos colores son inherentes a las propias estrellas y se pueden observar al observar el cielo nocturno en condiciones atmosféricas estables sin un parpadeo significativo.