En un día despejado, la cantidad de luz que llega a la superficie de la Tierra es de aproximadamente 1.000 vatios por metro cuadrado. Este valor puede variar según la hora del día y la ubicación en el planeta. Por ejemplo, la cantidad de luz es mayor al mediodía en comparación con las primeras horas de la mañana o la tarde, y también es mayor en las regiones más cercanas al ecuador en comparación con las latitudes más altas.
Las nubes y otras partículas de la atmósfera pueden reducir la cantidad de luz que llega a la superficie de la Tierra. Las nubes pueden bloquear la luz solar directamente y partículas como el polvo y los aerosoles pueden dispersar la luz solar, haciendo que sea menos intensa. La cantidad de reducción depende de la densidad de las nubes o partículas.
En general, la cantidad de luz en la superficie de la Tierra varía según varios factores, pero en un día despejado es de aproximadamente 1.000 vatios por metro cuadrado.