1. Erupciones solares :El Sol emite grandes cantidades de energía en forma de erupciones solares. Se trata de erupciones en la superficie del Sol que liberan enormes ráfagas de radiación, incluidas partículas de alta energía como protones, electrones e iones más pesados. Estas partículas viajan por el espacio y pueden representar una amenaza importante para los satélites y otros objetos en órbita. Las erupciones solares pueden causar perturbaciones en las comunicaciones por satélite, dañar los sistemas electrónicos e interrumpir las redes eléctricas de la Tierra.
2. Rayos Cósmicos :Los rayos cósmicos son partículas altamente energéticas que se originan fuera de nuestro sistema solar. En su mayoría son protones y núcleos atómicos que se mueven cerca de la velocidad de la luz. Los rayos cósmicos tienen energías ultraaltas y pueden penetrar profundamente en la atmósfera terrestre e incluso llegar al suelo. Estas partículas pueden causar daños a componentes electrónicos sensibles, interrumpir las comunicaciones por radio y presentar riesgos de radiación para los astronautas y pasajeros en vuelos a gran altitud.
Cuando estas partículas de alta energía interactúan con el campo magnético de la Tierra, pueden quedar atrapadas en los cinturones de radiación de Van Allen. Estos cinturones rodean la Tierra y contienen altos niveles de partículas cargadas atrapadas. Los satélites y las naves espaciales que pasan a través de estos cinturones pueden quedar expuestos a una intensa radiación, lo que provoca fallos de funcionamiento y daños en sus sistemas.
Proteger satélites, astronautas y aviones de estas partículas de alta energía es un aspecto fundamental de la exploración espacial y la seguridad de la aviación. Se emplean diversas medidas para mitigar los efectos de la radiación, como proteger las naves espaciales y los satélites con materiales especiales, utilizar componentes electrónicos tolerantes a la radiación e implementar planes de contingencia y monitoreo en tiempo real.