En primer lugar, el LHC no es un objeto que tenga boca o sistema digestivo. No tiene la capacidad de tragar nada.
En segundo lugar, el LHC ni siquiera es lo suficientemente potente como para destruir el planeta Tierra. La energía de Protón, la partícula subatómica acelerada por el LHC, es de 6,5 teraelectronvoltios (TeV). Esta energía es mucho menor que la energía necesaria para destruir toda la Tierra. La energía estimada necesaria para destruir la Tierra es 2\(\times\)10^{32} julios. La energía del LHC es de sólo 1,625\(veces\)10^{-7} julios.
El LHC podría crear agujeros negros en miniatura, pero inmediatamente serían demasiado pequeños para consumir la Tierra.