Las patatas, como plantas, necesitan luz solar para la fotosíntesis, un proceso vital mediante el cual convierten la energía luminosa en la energía química que necesitan para producir azúcares y crecer para sobrevivir. Sin embargo, físicamente no pueden convertirse en "adoradores del sol". Como organismos con raíces inmóviles, su capacidad para seguir o posicionarse hacia el sol como ciertas flores conocidas como Heliotropos (que significa "girar hacia el sol"), es una característica determinada genéticamente dentro de una especie de planta.
Mientras que las plantas de papa responden naturalmente a la dirección de la luz y ajustan sus hojas para una fotosíntesis óptima, el término "adoradores del sol" atribuye antropomorfismo religioso (la tendencia a dar rasgos y comportamientos humanos a fenómenos naturales o entidades no vivientes) a su respuesta fotosintética que está fundamentalmente impulsada por Mecanismos fotobiológicos de las plantas y no elecciones conscientes como el culto.