Inicialmente, en marzo de 2013, cuando el cometa Pan-STARRS hizo su máxima aproximación al Sol (perihelio), se volvió ligeramente visible a simple vista bajo cielos oscuros, con un brillo estimado de magnitud 1.
Cuando el cometa se alejó del Sol y se acercó a la Tierra en marzo y abril de 2013, algunos observadores del cielo informaron haberlo visto a simple vista, mientras que a otros les resultó difícil detectarlo sin binoculares. Durante este período, su brillo varió entre magnitudes 2 y 3.
Cuando el cometa Pan-STARRS alcanzó su punto más cercano a la Tierra en marzo de 2013 (a unas 1,4 unidades astronómicas de distancia), se estimó que su brillo rondaba la magnitud 1,5. Sin embargo, no estuvo a la altura de las expectativas anteriores de convertirse en un objeto espectacular a simple vista.
Algunos factores contribuyeron a una visibilidad inferior a la esperada:
Condiciones atmosféricas:las condiciones climáticas, la contaminación lumínica y las partículas de polvo en la atmósfera pueden afectar la visibilidad.
Entorno de observación:los sitios de observación con cielos despejados y un fondo oscuro aumentan las posibilidades de ver el cometa.
Propiedades del cometa:la estructura del núcleo, el gas y la composición del polvo del cometa pueden influir en la cantidad de luz que refleja.
En resumen, el cometa Pan-STARRS alcanzó visibilidad a simple vista, pero no se volvió tan brillante como sugerían algunas predicciones. Si bien el brillo de los cometas es difícil de predecir con certeza, los cometas futuros pueden ofrecer eventos astronómicos interesantes.