La fuerza de la aurora depende del número de partículas cargadas que impactan en la atmósfera y de la dirección de las líneas del campo magnético. La aurora suele ser más fuerte en latitudes altas, más cercanas a los polos magnéticos de la Tierra, donde las líneas del campo magnético son más fuertes. El color de la aurora depende del tipo de gas que se excita. El oxígeno produce auroras verdes y rojas, mientras que el nitrógeno produce auroras azules y violetas.
La aurora es una vista hermosa y un recordatorio de la actividad constante del Sol y el campo magnético de la Tierra.