La superficie de Mercurio está llena de cráteres que van desde pequeños pozos poco profundos hasta gigantescas y complejas cuencas de impacto. Además de los cráteres causados por impactos, los procesos volcánicos y tectónicos (es decir, procesos endógenos) han creado diversas características superficiales, incluidas crestas arrugadas, escarpes lobuladas y llanuras suaves.
Durante el primer sobrevuelo de Mercurio de MESSENGER en enero de 2008, la cámara gran angular del Sistema de Imágenes Duales de Mercurio (MDIS) de la misión adquirió imágenes que revelaron numerosas características de color rojo y naranja en toda la superficie de Mercurio, particularmente en los fondos de los cráteres. Estas características se conocen comúnmente como "manchas rojas". Su color, distribución y asociación con unidades geológicas específicas sugieren que se formaron hace relativamente poco tiempo (hace menos de mil millones de años). Una idea es que estas manchas representan depósitos piroclásticos relacionados con erupciones volcánicas. Ahora se les llama oficialmente "huecos".
Un estudio sugiere que estas características inusuales son probablemente depósitos piroclásticos asociados con erupciones volcánicas que ocurrieron en los últimos mil millones de años. Los depósitos piroclásticos pueden ser transformados por la delgada atmósfera de Mercurio y/o el bombardeo de micrometeoroides, lo que explicaría la variedad de morfologías de manchas observadas.