Como Urano está más lejos del Sol, la cantidad de luz solar que recibe es significativamente menor. Esto significa que el brillo del planeta, visto desde la Tierra, no es tan variable como el brillo de planetas más cercanos como Venus o Marte. El brillo de Urano en el cielo permanece relativamente constante a lo largo de su órbita alrededor del Sol.
Además, Urano tiene un eje de rotación único que es casi paralelo al plano de su órbita. Esto significa que a medida que el planeta viaja alrededor del Sol, su eje no está inclinado hacia o alejándose del Sol como el de la Tierra. Esta falta de inclinación axial da como resultado variaciones mínimas en el brillo del planeta debido a los cambios estacionales.
En general, si bien el Sol influye en el brillo de Urano, el efecto no es sustancial. Las variaciones de brillo de Urano son causadas principalmente por cambios en su distancia y geometría de observación desde la Tierra, más que por la influencia del Sol en su superficie.