Los ritmos circadianos son ciclos de actividad biológica de 24 horas que se encuentran en muchos organismos, incluidas las plantas. En las plantas, los ritmos circadianos controlan diversos procesos, como la fotosíntesis, el movimiento de las hojas y la floración. Estos ritmos son esenciales para que las plantas se adapten al entorno cambiante y sobrevivan.
El modelo tradicional de cómo las plantas regulan sus ritmos circadianos implica una proteína llamada fitocromo. El fitocromo es una proteína sensible a la luz que ayuda a las plantas a sentir la duración del día y la noche. Cuando el fitocromo detecta la luz, desencadena una serie de reacciones que conducen a la expresión de genes implicados en los ritmos circadianos.
Sin embargo, el modelo tradicional no puede explicar completamente todos los aspectos de los ritmos circadianos de las plantas. Por ejemplo, no explica cómo las plantas pueden mantener sincronizados sus ritmos circadianos incluso cuando están expuestas a condiciones de luz cambiantes.
La nueva teoría propuesta por científicos de la Universidad de California, Davis, sugiere que las plantas pueden utilizar una combinación de señalización de fitocromo y calcio para regular sus ritmos circadianos. La señalización del calcio es un proceso mediante el cual las células se comunican entre sí mediante iones de calcio.
Los investigadores descubrieron que cuando las plantas se exponían a la luz, se producía un aumento en la señalización del calcio en sus hojas. Este aumento en la señalización del calcio se asoció con la activación de genes implicados en los ritmos circadianos.
Los investigadores también descubrieron que las plantas que no podían producir señales de calcio no podían mantener sincronizados sus ritmos circadianos. Esto sugiere que la señalización del calcio es esencial para la regulación de los ritmos circadianos en las plantas.
La nueva teoría proporciona una comprensión más completa de cómo las plantas regulan sus ritmos circadianos. Sugiere que las plantas utilicen una combinación de proteínas sensibles a la luz y señalización de calcio para coordinar sus relojes internos con los ciclos de luz y oscuridad de su entorno.