El clima en Venus se caracteriza por un calor extremo, prácticamente sin variación de temperatura entre el día y la noche. La alta temperatura es causada por la proximidad del planeta al Sol y el efecto invernadero, que es causado por la presencia de dióxido de carbono y otros gases que atrapan calor en la atmósfera. La espesa atmósfera también impide el escape de calor de la superficie, lo que contribuye a las temperaturas extremas.
Venus también es conocido por sus fuertes vientos, que pueden alcanzar velocidades de hasta 100 m/s (225 mph) en la superficie. Estos vientos son causados por el calentamiento diferencial de la superficie del planeta, lo que crea diferencias en la presión del aire y conduce a la formación de patrones de viento globales.
En resumen, el clima en Venus está dominado por el calor extremo, una atmósfera densa y rica en dióxido de carbono, nubes de ácido sulfúrico y fuertes vientos.