Las estrellas masivas producen nebulosas planetarias más luminosas y de expansión más rápida que las estrellas de baja masa. Esto se debe a que las estrellas masivas tienen una presión de radiación más fuerte, que empuja las capas exteriores de la estrella hacia afuera. Cuanto más rápido se expande la nebulosa, más capaz es de distorsionar el gas y el polvo circundante.
La velocidad a la que una estrella pierde masa también afecta la forma de la nebulosa planetaria. Las estrellas que pierden masa rápidamente producen nebulosas más esféricas, mientras que las estrellas que pierden masa lentamente producen nebulosas más elípticas. Esto se debe a que el gas y el polvo en rápida expansión en una nebulosa esférica tienen más tiempo para extenderse y distribuirse uniformemente.
La velocidad de la nebulosa en expansión también es importante para determinar su forma. Las nebulosas de expansión rápida tienen más probabilidades de ser asimétricas, mientras que las nebulosas de expansión lenta tienen más probabilidades de ser simétricas. Esto se debe a que el gas y el polvo de una nebulosa en rápida expansión tienen más tiempo para ser distorsionados por el campo magnético de la estrella y otros factores.
Además de estos factores, la forma de una nebulosa planetaria también puede verse afectada por la presencia de estrellas o galaxias cercanas. Si una estrella o galaxia está lo suficientemente cerca de la nebulosa, puede ejercer una fuerza gravitacional que puede distorsionar la forma de la nebulosa.
El estudio de las nebulosas planetarias puede decirnos mucho sobre la evolución de las estrellas y la formación de nuevas estrellas. Al comprender los factores que determinan las formas de las nebulosas planetarias, podemos aprender más sobre los procesos que tienen lugar al final de la vida de una estrella.