Ryugu es un asteroide de tipo C, que se cree que es un remanente de los primeros días del Sistema Solar. Se sabe que este tipo de asteroides contienen cantidades significativas de agua y otros volátiles y, por lo tanto, podrían haber sido una fuente importante de agua para los planetas terrestres, como la Tierra.
La misión Hayabusa2, lanzada por la agencia espacial japonesa JAXA, llegó a Ryugu en junio de 2018 y pasó más de un año explorando el asteroide. Durante su estancia, la sonda desplegó dos pequeños rovers, MASCOT y MINERVA-II, y recogió muestras de la superficie del asteroide, que fueron devueltas a la Tierra en diciembre de 2020.
En el nuevo estudio, un equipo de investigadores analizó los datos recopilados por los instrumentos de detección remota a bordo de la sonda, incluida una cámara de imágenes térmica infrarroja y un espectrómetro de infrarrojo cercano. Los resultados muestran que la superficie de Ryugu es extremadamente heterogénea, con algunas regiones agotadas en minerales acuíferos y otras enriquecidas en ellos.
El equipo descubrió que el agotamiento del agua probablemente se debe al calentamiento inducido por el impacto, que provocó la expulsión de material rico en agua de la superficie del asteroide. El modelo sugiere que el impacto que causó este evento de calentamiento ocurrió muy temprano en la historia de Ryugu, cuando el asteroide aún era relativamente joven y caliente.
"Nuestros resultados sugieren que Ryugu estuvo severamente deshidratado durante la mayor parte de su historia, lo que contrasta con la visión de un asteroide prístino y rico en volátiles que ha persistido en la literatura hasta ahora", dijo el autor principal, el Dr. Takuya Kouyama, un investigador del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada (AIST) de Japón. "El impacto que causó esta deshidratación probablemente jugó un papel importante en la configuración de la evolución geológica y química de Ryugu".
El estudio también proporciona nuevas limitaciones sobre las propiedades del interior de Ryugu, incluida su estructura térmica y porosidad. El equipo descubrió que el interior de Ryugu probablemente sea muy poroso, con una gran cantidad de espacios vacíos entre los granos minerales. Esta porosidad puede deberse a la fractura provocada por el evento de impacto que deshidrató el asteroide.
Los resultados de este estudio tienen implicaciones para nuestra comprensión de la formación y evolución de asteroides y otros cuerpos del Sistema Solar. Sugieren que los eventos de calentamiento inducidos por impactos pueden ser comunes en la evolución temprana de cuerpos pequeños, lo que lleva a la pérdida de agua y otros volátiles. Esto podría tener implicaciones importantes para el origen del agua y otros volátiles en los planetas terrestres, así como para la comprensión de los peligros relacionados con los asteroides.