Los terremotos son uno de los peligros naturales más destructivos de la Tierra y causan daños generalizados y pérdida de vidas. Si bien los científicos saben desde hace mucho tiempo que la gravedad de la luna puede afectar las mareas de la Tierra, se ha especulado que las fases lunares también podrían desempeñar un papel en el desencadenamiento de grandes terremotos.
Sin embargo, un nuevo estudio ha desacreditado esta idea. El estudio, publicado en la revista Nature Communications, no encontró evidencia que respalde la afirmación de que las fases lunares estén relacionadas con una mayor actividad sísmica.
Los investigadores analizaron datos de más de 200.000 terremotos que ocurrieron en todo el mundo entre 1970 y 2017. Descubrieron que la cantidad de terremotos no variaba significativamente durante las diferentes fases lunares.
El estudio también encontró que no había correlación entre el tamaño de los terremotos y las fases lunares. En otras palabras, era tan probable que ocurrieran grandes terremotos durante la luna nueva como durante la luna llena.
Los investigadores concluyeron que no existe evidencia científica que respalde la creencia de que las fases lunares puedan provocar grandes terremotos.
Este estudio es importante porque ayuda a disipar una idea errónea común sobre los terremotos. También brinda tranquilidad a las personas que viven en áreas propensas a terremotos, quienes pueden haber estado preocupadas por la posibilidad de que las fases lunares desencadenen grandes terremotos.
¿Por qué persistió esta idea errónea?
La idea errónea de que las fases lunares pueden provocar terremotos probablemente se originó por el hecho de que la gravedad de la luna tiene un efecto sobre las mareas de la Tierra. La gravedad de la luna atrae los océanos de la Tierra, provocando que suban y bajen. Este ascenso y descenso de las mareas crea un ligero abultamiento en la corteza terrestre.
Algunas personas han especulado que este abultamiento en la corteza terrestre podría ejercer presión sobre las fallas, haciéndolas más propensas a romperse y causar terremotos. Sin embargo, el estudio discutido anteriormente no encontró evidencia que respalde esta afirmación.
Conclusión
El estudio que desacredita el vínculo entre las fases lunares y los terremotos es una pieza importante de la investigación científica. Ayuda a disipar una idea errónea común y brinda tranquilidad a las personas que viven en áreas propensas a terremotos.