Los PBH son hipotéticos agujeros negros que se cree que se formaron en el universo temprano, poco después del Big Bang. Se cree que son muy pequeños, con masas que van desde una fracción de gramo hasta unos cientos de millones de veces la masa del Sol.
Si existen PBH, podrían ser una fuente de ondas gravitacionales. Cuando dos PBH chocan, pueden liberar una explosión de ondas gravitacionales que pueden ser detectadas por instrumentos como LIGO. Sin embargo, la probabilidad de que dos PBH colisionen es muy pequeña, por lo que no está claro si LIGO sería capaz de detectar dicha señal.
Además de los PBH, existen otras posibles fuentes de ondas gravitacionales, que incluyen:
* Fusiones binarias de agujeros negros: Cuando dos agujeros negros orbitan uno alrededor del otro, pueden emitir ondas gravitacionales. A medida que los agujeros negros se acercan en espiral, las ondas gravitacionales se vuelven más fuertes y eventualmente alcanzan un pico cuando los agujeros negros se fusionan.
* Fusiones de estrellas de neutrones: Cuando dos estrellas de neutrones orbitan una alrededor de la otra, también pueden emitir ondas gravitacionales. Las estrellas de neutrones son objetos muy densos y, cuando se fusionan, pueden liberar una poderosa explosión de ondas gravitacionales.
* Supernovas: Las supernovas son explosiones de estrellas masivas. Cuando ocurre una supernova, puede liberar una explosión de ondas gravitacionales.
* Cuerdas cósmicas: Las cuerdas cósmicas son objetos hipotéticos unidimensionales que se cree que se formaron en el universo primitivo. Si existen cuerdas cósmicas, podrían ser una fuente de ondas gravitacionales.
Las ondas gravitacionales LIGO podrían haberse originado en cualquiera de estas fuentes, y aún no es posible decir con seguridad cuál fue la causa. Otras observaciones con LIGO y otros detectores de ondas gravitacionales ayudarán a reducir las posibilidades.