Se cree que la Vía Láctea tiene alrededor de 13.600 millones de años, lo que la convierte en una de las galaxias más antiguas del universo. Se estima que tiene aproximadamente 100.000 años luz de diámetro y una masa de alrededor de 1,5 billones de masas solares. La galaxia está dividida en varios componentes estructurales importantes, incluidos el disco, el bulbo y el halo.
El disco de la Vía Láctea es donde se encuentran la mayoría de las estrellas, el gas y el polvo. Es una gran estructura giratoria que contiene el sistema solar y la mayoría de las estrellas jóvenes de la galaxia. El disco también contiene una cantidad significativa de materia interestelar, incluidos gas y polvo, que es la materia prima para la formación de estrellas.
El abultamiento de la Vía Láctea es una región central de la galaxia que está densamente poblada de estrellas viejas. Se cree que tiene unos 12.000 años luz de diámetro y alberga un agujero negro supermasivo llamado Sagitario A*. Se estima que Sagitario A* tiene una masa de alrededor de cuatro millones de masas solares y se cree que es el centro de la Vía Láctea.
El halo de la Vía Láctea es la región más exterior de la galaxia y está formado por una distribución difusa de estrellas viejas, cúmulos globulares y materia oscura. Se cree que el halo tiene aproximadamente 1 millón de años luz de diámetro y es la parte más masiva de la Vía Láctea, ya que contiene alrededor del 90% de su masa.
La Vía Láctea es parte de una estructura más grande llamada Grupo Local de galaxias, que también incluye la Galaxia de Andrómeda y la Galaxia del Triángulo. La Vía Láctea y Andrómeda están en curso de colisión y se espera que se fusionen en unos cuatro mil millones de años, creando una galaxia nueva y más grande.
La Vía Láctea es una galaxia vasta y compleja que alberga miles de millones de estrellas, planetas y otros objetos celestes. Es un tema de estudio e investigación continuos, ya que los científicos buscan comprender su estructura, formación y evolución.