Marte, como la Tierra, tiene un núcleo interno denso. Esta capa, que se cree que mide entre 1.500 y 2.100 kilómetros (930 y 1.300 millas) alrededor de su radio, contiene níquel, azufre y hierro.
El núcleo está envuelto por una serie de otras capas, siendo la más externa la corteza marciana. Compuesta de ingredientes como aluminio, hierro, potasio, magnesio y calcio, esta corteza tiene un espesor de hasta 1.880 kilómetros (1.170 millas).
La propia corteza terrestre está dividida en regiones llamadas placas tectónicas. Están en movimiento, a pesar de que aparentemente parezca lo contrario, y sus interacciones tienen una influencia dramática en nuestro planeta. La actividad tectónica en o cerca de las áreas de contacto entre las placas es la fuerza impulsora detrás de los terremotos y la actividad volcánica. También es la razón por la que la disposición de nuestros continentes cambia a lo largo de decenas de millones de años.
Bien, ¿qué pasa con Marte? Los científicos creen que algún tipo de mecanismo (o mecanismos) tectónicos podría haber forjado el sistema de cañones Valles Marineris y las poderosas mesetas de las tierras altas del sur del planeta.
Todavía están intentando descubrir cómo funciona la actividad geológica en los planetas modernos. Marte. El Planeta Rojo no parece tener un sistema tectónico de placas similar al de la Tierra. Sin embargo, el InSight Mars Lander (una maravilla técnica hecha posible gracias a un esfuerzo espacial internacional) ha registrado más de 1.300 "temblores" sísmicos en Marte desde que el vehículo llegó allí en 2018.
Después de aprender todo eso, ¿todavía quieres ver este planeta por ti mismo? Es posible que tenga dificultades para respirar en Marte. Descubra por qué a continuación.