SpaceX planea el jueves intentar otro lanzamiento de Starship, el cohete más poderoso del mundo que es vital para los planes de la NASA de llevar astronautas a la luna a finales de esta década y las esperanzas de Elon Musk de eventualmente colonizar Marte.
Dos intentos anteriores han terminado en explosiones espectaculares, aunque eso no es necesariamente algo malo:la empresa ha adoptado un enfoque rápido de prueba y error para acelerar el desarrollo, y la estrategia ha tenido éxito en el pasado.
El despegue desde el sitio de lanzamiento de la compañía en el sureste de Texas puede ocurrir a partir de las 7:00 am hora local (12:00 GMT), después de que la Administración Federal de Aviación (FAA) diera luz verde el miércoles.
SpaceX realizará un webcast en su sitio web treinta minutos antes.
Cuando se combinan las dos etapas de Starship, el cohete mide 397 pies (121 metros) de altura, superando a la Estatua de la Libertad por unos cómodos 90 pies.
Su Super Heavy Booster produce 16,7 millones de libras (74,3 meganewtons) de empuje, casi el doble que el segundo cohete más potente del mundo, el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la NASA, aunque este último ya está en pleno funcionamiento.
La tercera prueba de lanzamiento de Starship en su configuración totalmente apilada será la más ambiciosa hasta el momento.
Además de ir más alto y más lejos, los objetivos incluyen abrir y cerrar la puerta de carga útil de Starship para probar su capacidad de transportar satélites y otras cargas al espacio.
SpaceX también pretende volver a encender los motores de la nave en el espacio y realizar una prueba a bordo que ayudará a allanar el camino para que futuras Starships se reposten entre sí en órbita.
La trayectoria planificada de Starship le permite alcanzar la órbita y luego realizar un aterrizaje controlado en el Océano Índico, poco más de una hora después del lanzamiento.
SpaceX ha estado desarrollando prototipos de Starship desde 2018, y las primeras pruebas involucraron saltos cortos solo de la etapa superior, que también se conoce como Starship.
La primera prueba "integrada" se produjo en abril de 2023. SpaceX se vio obligado a volar Starship a los pocos minutos del lanzamiento, porque las dos etapas no lograron separarse.
El cohete se desintegró en una bola de fuego y se estrelló en el Golfo de México, enviando una nube de polvo sobre un pueblo a varias millas (kilómetros) de distancia.
La segunda prueba, realizada en noviembre de 2023, tuvo resultados ligeramente mejores:el propulsor se separó de la nave espacial, pero luego ambos explotaron sobre el océano, en lo que la compañía eufemísticamente llamó un "desmontaje rápido no programado".
La FAA cerró una investigación sobre el incidente el mes pasado después de identificar 17 acciones correctivas que SpaceX debía realizar.
La estrategia de "desarrollo iterativo rápido" de SpaceX ha dado sus frutos a la empresa en el pasado:en particular, sus cohetes Falcon 9, que se han convertido en caballos de batalla para la NASA y el sector comercial, su cápsula Dragon, que envía astronautas y carga a la Estación Espacial Internacional, y su constelación de satélites de Internet Starlink que ahora cubre docenas de países.
Pero el tiempo corre para que SpaceX esté listo para el regreso planeado de los astronautas a la luna por parte de la NASA en 2026, utilizando una Starship modificada como vehículo de aterrizaje.
SpaceX no solo necesita demostrar que puede lanzar, volar y aterrizar Starship de forma segura, sino que también debe demostrar que puede enviar múltiples "Starship cisternas" a órbita para repostar combustible a una Starship principal para su viaje a la luna.
© 2024 AFP