Una nueva misión espacial puede ayudar a los físicos a responder preguntas peliagudas sobre los agujeros negros
Una ilustración de un agujero negro supermasivo. Crédito:NASA/JPL
Los físicos consideran los agujeros negros uno de los objetos más misteriosos que existen. Irónicamente, también se consideran uno de los más simples. Durante años, los físicos como yo hemos buscado demostrar que los agujeros negros son más complejos de lo que parecen. Y una misión espacial europea recientemente aprobada llamada LISA nos ayudará en esta búsqueda.
Las investigaciones de la década de 1970 sugieren que es posible describir exhaustivamente un agujero negro utilizando sólo tres atributos físicos:su masa, carga y giro. Todas las demás propiedades de estas estrellas masivas moribundas, como su composición detallada, perfiles de densidad y temperatura, desaparecen a medida que se transforman en un agujero negro. Así de simples son.
La idea de que los agujeros negros tienen sólo tres atributos se llama teorema "sin pelo", lo que implica que no tienen ningún detalle "peludo" que los haga complicados.
¿Agujeros negros peludos?
Durante décadas, los investigadores de la comunidad de astrofísica han explotado lagunas o soluciones alternativas dentro de los supuestos del teorema de la ausencia de pelo para generar posibles escenarios de agujeros negros peludos. Un agujero negro peludo tiene una propiedad física que los científicos pueden medir (en principio) que va más allá de su masa, carga o giro. Esta propiedad tiene que ser parte permanente de su estructura.
Hace aproximadamente una década, Stefanos Aretakis, físico actualmente en la Universidad de Toronto, demostró matemáticamente que un agujero negro que contuviera la carga máxima que podría contener (llamado agujero negro con carga extrema) desarrollaría "pelo" en su horizonte. El horizonte de un agujero negro es el límite donde todo lo que lo cruza, incluso la luz, no puede escapar.
Proporcionado por The Conversation
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