El astronauta Matthias Maurer mezclando concreto a mano como parte del experimento Cosmic Kiss. Crédito:ESA/NASA
El hormigón no es el primer material en el que uno suele pensar cuando explora el espacio. Tampoco es el foco de muchas investigaciones de vanguardia. El material de construcción más común ha sido utilizado por la humanidad durante miles de años. Pero, sorprendentemente, todavía se sabe poco sobre algunas de sus propiedades, debido en gran parte a las limitaciones de los entornos en los que se puede probar. Ahora, este material, el más omnipresente, se probará en un nuevo entorno:la microgravedad a bordo del International. Estación Espacial.
El experimento, parte de la misión "Beso cósmico", tendrá al astronauta alemán Matthias Maurer mezclando concreto a mano en microgravedad utilizando una mezcladora especialmente diseñada que no es más grande que el tamaño de su mano y una bolsa inflable gigante. Eso obviamente no conducirá a mucho concreto, pero sus propiedades serán particularmente reveladoras para los científicos.
La gravedad de la Tierra juega un papel importante en el proceso de curado del hormigón. Como ese proceso puede llevar semanas o meses, es inviable eliminar los efectos de la gravedad durante ese tiempo en cualquier parte de la Tierra. De ahí el experimento a bordo de la ISS.
Los resultados de esta investigación podrían conducir a cualquier cosa, desde estrategias de mezcla más efectivas hasta mejores combinaciones de materiales. Pero el interés genuino a largo plazo podría residir en usar un análogo concreto para construir los propios hábitats espaciales.
Los componentes primarios de hormigón no siempre están disponibles en Marte o la Luna, pero un material con propiedades como el hormigón sería fundamental en la construcción de hábitats espaciales. El experimento Cosmic Kiss también incursiona en el uso de un simulador lunar como materia prima para el concreto para comprender si ese material podría usarse y cómo podría usarse para crear una nueva marca de material endurecido basado en el espacio.
Así es como se ve el concreto en el laboratorio. Se comparará con la muestra de la ISS, que se curó en microgravedad. Crédito:Julian Mueller, Universidad de Duisburg-Essen
La hormigonera manual utilizada en la ISS. Crédito:Julian Mueller, Universidad de Duisburg-Essen
El astronauta Alexander Gerst mezcla concreto en un experimento similar en 2019. Crédito:NASA
Esta no es la primera vez que se realiza este experimento:la NASA experimentó con concreto en 2019. Sus resultados informaron la prueba actual, con información sobre la resistencia y el tiempo de curado tomados en cuenta en el diseño del nuevo experimento.
Queda por ver si los nuevos experimentos resultarán o no en algo tan dramático, pero al menos, los científicos tendrán algunos datos nuevos y novedosos para reflexionar. Y los residentes de la ISS probablemente tendrán que cuidar una bola flotante de roca sintética por un tiempo.