El punto de inflamación de un lubricante generalmente se mide en grados Celsius o Fahrenheit y se determina mediante un procedimiento de prueba específico. El procedimiento implica calentar gradualmente el lubricante en un ambiente controlado y exponerlo a una llama u otra fuente de ignición hasta que se encienda. La temperatura a la que se produce la ignición se registra como punto de inflamación.
Los diferentes lubricantes tienen diferentes puntos de inflamación, según su composición y propiedades. Generalmente, los lubricantes con menor viscosidad y mayor contenido de componentes volátiles tienen puntos de inflamación más bajos, mientras que aquellos con mayor viscosidad y menor contenido de componentes volátiles tienen puntos de inflamación más altos. Los lubricantes que contienen ciertos aditivos, como los aditivos de presión extrema, también pueden tener un punto de inflamación más alto que aquellos que no los contienen.
El punto de inflamación de un lubricante es una consideración importante para seleccionar y utilizar lubricantes en diversas aplicaciones. Los lubricantes deben elegirse con un punto de inflamación que sea apropiado para el uso previsto, considerando el potencial de riesgo de incendio y el riesgo de ignición en las condiciones de operación.